Reserva Costera Valdiviana

Partimos el pasado domingo 7 de Octubre a las 8 a.m. (con mucho esfuerzo!), primero desde Valdivia con rumbo a Niebla, para luego embarcarnos a Corral y reunirnos con una parte del grupo que se había anticipado. Finalmente fuimos 16 personas entre las que había mucha buena onda y caras nuevas. Nos dirigimos al Terminal de Buses de Corral y luego de esperar un buen rato a un conductor sobrio, partimos, al ritmo de la música Sound, a la Reserva Costera en Chaihuín.

Durante el viaje, fuimos disfrutando de las historias y fotografías de nuestro amigo Marco Sepúlveda, un Médico Veterinario con gran experiencia e interés en la fauna silvestre y los parajes de nuestro país (vean su blog! http://sobremoi.blogspot.com/).

Una vez en la Reserva, nos dirigimos a la administración donde fuimos recibidos por Paulina Torres, Asistente Administrativa de la Reserva Costera para el Programa de Conservación Andes del Sur. También conocimos a Don José, un “viejo lobo de mar” perteneciente a la comunidad indígena de Chaihuín. Luego de mostrarnos una maqueta, planos de la Reserva, darnos algunos consejos, decidimos que el destino de nuestra ruta sería la lobería en la zona de Huiro, siguiendo el camino por la costa hacia el sur.

Así, tras pasar por la playa de chaihuín, el sendero de los colmillos y un largo y seco camino rodeado de eucaliptos (no todo es perfecto), llegamos a la lobería de Huiro. Mientras bajábamos a la playa, aún cuando no avistábamos nada, sus rugidos nos daban la certeza de que testaban ahí. Esa pequeña isla de rocas planas y escalonadas, era el lugar perfecto para que cientos de Lobos de un pelo (Otaria flavescens) nos recibieran con su gran espectáculo de rugidos, juegos, peleas y chapuzones.

Después de descansar un momento y comer algo, partimos de vuelta a la entrada del parque. Fue a un poco más de mitad de camino cuando un hecho fortuito nos llevó a tener un increíble encuentro. Marco dio un grito que nos hizo concentrar la atención en la costa por el supuesto avistaje de un delfín, que resultó ser un lobo de mar. Fue así, cuando después de mirar unos segundos, Marco volvió a gritar -Orcaaaa, chonch….!!! Nadie lo podía creer. Estábamos viendo la aleta dorsal de una orca hembra (Orcinus orca). Es posible diferenciar ambos sexos ya que la aleta de un macho es más larga y aguda. Después de 3 o 4 salidas a la superficie, nos dimos cuenta que se dirigía al sur, probablemente hacia la lobería y probablemente a cenar.

Ya de vuelta en el pueblo y después de unos pequeños inconvenientes con el bus, nos dirigimos de vuelta a Valdivia.

Gracias a todos los que hicieron de esta ruta, otra de las muchas que han sido inolvidables.

Y recuerden… Ruka crece… y se viene con todo!!!

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